Continuando con el ciclo de conferencias FORO DE DEBATE organizadas por la Agrupación Local PSOE Calatayud, el pasado jueves, día 16, en el salón de actos del Ayuntamiento tuvo lugar el interesantísimo parlamento del profesor, jurista y político vasco Jesús Eguiguren, presidente del PSE-EE de 2002 a 2014.
Presentado por la portavoz municipal socialista Sandra Marín y arropado por el Secretario General de la Agrupación bilbilitana y diputado en Cortes Generales, Víctor Ruiz, Eguiguren, militante socialista de primera hora y parlamentario en el País Vasco, centró esencialmente su intervención en su protagonismo en las difíciles contactos y conversaciones mantenidas con la cúpula de ETA para que la banda terrorista abandonara definitivamente las armas.
Tras trazar un periplo –a veces entre rocambolesco y divertido, pese al talante abiertamente serio del conferenciante- de su personal y secreta “misión” por parte de Centroeuropa y de los países Bálticos, Eguiguren recaló, a vuelapluma, en distintos momentos críticos en los que la división de opiniones dentro de la propia banda terrorista, dieron al traste con acuerdos a punto de cerrarse.
Su firme convicción en la necesidad de llegar a un alto el fuego por parte de la banda terrorista, le llevó a no cejar en su empeño pese a los numerosos escollos que fueron apareciendo en el camino. En este sentido, fue realmente impactante escucharle contar cómo, negociando con Arnaldo Otegui, le llegó a decir con claridad: “Vaya herencia que les vamos a dejar a nuestros hijos de seguir las cosas como están”.
Presidente del PSE-EE de 2002 a 2014, Jesús Eguiguren se erige y consolidad muy pronto como el principal, si no único, interlocutor con la banda ETA, pese a la interferencia de otras formaciones políticas vascas o de los propios servicios secretos del Estado Español, con los que el político vasco fue, en distintos momentos de su parlamente, abiertamente crítico por su demostrada ineficacia y desorientación.
Tras la progresiva inoperancia y presencia mediática de ETA –que el conferenciante atribuyó, en parte, a la irrupción del terrorismo islámico en España- y siendo Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, finalmente, el 20 de octubre de 2011, ETA abandonó definitivamente las armas, tras más de 800 víctimas mortales, 3.500 atentados y 43 años de luchar armada.
Tras el parlamento de Eguiguren, se entabló una interesante rueda de preguntas, en un ambiente no exento de ciertas dudas acerca de si el Estado español, en general, y el País Vasco, en concreto, han sabido valorar y reconocer su intenso y largo cometido como, sin duda, se merece y al que la Historia, con seguridad, colocará un día en el justo sitial que le corresponde.
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